El proyecto de la pasarela flotante de la calle Betis se remonta al convenio suscrito allá por 2003 entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y el Ayuntamiento de Sevilla para regenerar las márgenes del río, pero desde entonces ha sufrido no pocos cambios.
El ambicioso proyecto inicial, que planteaba unir el recorrido peatonal entre el Paseo de la O hasta superar el puente de San Telmo se redujo sustancialmente ya que, al afectar a usos consolidados de la ribera de la dársena —varios restaurantes y clubes deportivos—, suponía una inversión demasiado alta.
